El otro ángel de Pedro
«Aún lo recuerdo y me emociono. Cuando me han llegado las flores me he puesto a llorar», asegura Carolina Montejano, enfermera en el quirófano de urología. En su puesto de trabajo, sus amigos y en la familia la consideran una heroína. «Lo importante es que Pedro esté bien y que puedan estar celebrándolo en un momento en que podría haber sido trágico para ellos. Para mí es el momento más feliz de mi vida después de cuando tuve a mis hijos. Me hace ilusión que ellos sepan que salvé la vida a un hombre», señala.
Con Pedro consciente, llegó el SAMU y se hizo cargo de la situación. «Estoy muy contenta y actuar junto a otra enfermera fue fundamental», indica Carolina: «Recuerdo que cuando volví a correr, las piernas no me iban. Llegué a meta con Ainoa y nos chocamos la mano sonriéndonos», precisa. Celebrando su victoria. Y la de Pedro, que sigue recuperándose junto a Nona, su mujer, en el Clínico.