La Unidad de Reproducción Asistida del General de València implanta un sistema electrónico de trazabilidad de muestras que garantiza la máxima seguridad
- El sistema de trazabilidad de muestras biológicas utiliza una tecnología de radiofrecuencia que monitoriza todos los movimientos durante el tratamiento
- El hospital realiza una media de 750 tratamientos al año, entre trasferencias de embriones congelados, ciclos de fecundación in vitro e inseminación artificial
La Unidad de Reproducción Humanan del Hospital General de València ha implantado un sistema adicional de seguridad para eliminar la posibilidad de que ocurra una confusión con las muestras de semen, los óvulos o los embriones.
En el ámbito nacional, este sistema electrónico de trazabilidad de muestras biológicas se está utilizando en dos hospitales públicos de Bilbao y Asturias y desde hace meses en el General de València.
Irene Cuevas, embriología de la unidad, explica que la probabilidad de que se produzca un error en el tratamiento de los pacientes que se someten a un tratamiento de reproducción asistida es muy remota.
“En nuestros laboratorios tenemos unos protocolos muy estrictos en cuanto al control de las muestras, pero con este sistema electrónico nos aseguramos de que no haya margen de error gracias a que utiliza una tecnología de radiofrecuencia para etiquetar las muestras de cada paciente, con lo que se consigue una trazabilidad fiable en cada punto de todo el proceso”, explica Cuevas.
Así pues, este sistema, con receptores de radiofrecuencia situados en las consultas, quirófano y laboratorios, verifica en cada paso del tratamiento que la identidad de los pacientes corresponde con las muestras que estén siendo analizadas o tratadas en ese momento.
Según Irene Cuevas, “cuando una paciente entra en la unidad para comenzar un tratamiento, se le genera una tarjeta donde va codificada su información y la de su pareja en el caso de tenerla. Esa información se transfiere a todas las placas o muestras con las que trabajamos, de modo que cuando juntamos espermatozoides y óvulos no hay posibilidad de inseminar con el esperma de otro paciente, o que se le ponga a una mujer los embriones de otra mujer”.
Al ser un sistema automático en el que toda la información se transfiere a las etiquetas, no requiere que los embriólogos realicen pasos adicionales para identificar las muestras.
“Nuestra unidad realiza alrededor de 750 tratamientos al año, entre trasferencias de embriones congelados, ciclos de fecundación in vitro e inseminación artificial. Siempre hemos trabajado con el sistema de doble testigo, con dos embriólogos chequeando el trabajo en los puntos críticos, por ejemplo, cuando hay que juntar óvulos y espermatozoides. Este sistema nos va a aportar mayor seguridad”, añade Cuevas
En el supuesto caso de confusión de las muestras, el sistema envía una alarma acústica y visual al profesional que está realizando el proceso en ese momento y bloquea el trabajo, no permite avanzar, ofreciéndose así una doble garantía de seguridad.