El General celebra una jornada sobre artritis reumatoide dirigida a Enfermería
- Más de una treintena de enfermeros han participado en la jornada
El servicio de Reumatología y Metabolismo óseo ha celebrado una jornada sobre los últimos tratamientos de la artritis reumatoide, dirigida fundamentalmente a los profesionales de enfermería encargados de la administración subcutánea de los tratamientos y la asistencia a este tipo de pacientes.
La artritis reumatoide y en general las artritis inflamatorias (espondialoartritis y artritis psoriásica), son enfermedades prevalentes y crónicas, en la que un buen número de pacientes progresa hacia la invalidez. Si bien la introducción de los tratamientos biológicos ha logrado revertir la progresión de la enfermedad, son tratamientos que disminuyen las defensas y es muy importante que los pacientes sean conocedores de los posibles efectos adversos.
El objetivo de la jornada es fomentar la colaboración entre reumatólogos y Enfermería formada en Reumatología para lograr la excelencia en la asistencia a los pacientes. En la consulta de Reumatología el papel de los enfermeros especializados es fundamental para instruir al paciente en su enfermedad, los posibles efectos adversos de los tratamientos, la forma de autoinyectarse, etc.
Los pacientes en tratamiento de artritis reumatoide están en contacto con la Enfermería en los centros de salud y en los diferentes servicios hospitalarios (farmacia, hospital de día, etc.) por ello es muy importante una estrecha colaboración entre todos los profesionales para lograr una atención multidisciplinar de los enfermos.
El dolor, la fatiga y el aumento de la discapacidad funcional en pacientes con enfermedades inflamatorias conducen a una reducción de la productividad laboral o incluso a una incapacidad laboral temporal o permanente. Estos síntomas pueden estar asociados a un menor rendimiento en el trabajo, cambios de trabajo, disminución de horas de trabajo y discapacidad laboral. Esta discapacidad laboral origina unos costes indirectos sustanciales para el paciente y para la sociedad. Pero además, en estos pacientes, se observa una disminución de la esperanza de vida, que afecta a la esfera personal y tiene un alto impacto sobre las familias de los afectados.
Los tratamientos biológicos no solo permiten obtener una reducción significativa y sostenida de los signos y síntomas de la enfermedad e inhibir la progresión de las lesiones radiográficas manteniendo un perfil aceptable de seguridad, sino que también mejora el estatus funcional, la calidad de vida y la productividad en el trabajo de los pacientes.
Los principales beneficios de los tratamientos biológicos para los pacientes son:
- Mejora de los signos y síntomas de la enfermedad
- Reduce la progresión radiográfica
- Reduce la fatiga y el cansancio
- Mejora la discapacidad funcional de los pacientes
- Mejora la calidad de vida de pacientes y sus familias
- Mejora potencial de la esperanza de vida de los pacientes
- Reduce la pérdida de productividad laboral y de capacidad de trabajo causada por la propia enfermedad.
Pero si la introducción de los tratamientos biológicos significó un “cambio en la vida de los pacientes”, también tienen ciertos puntos a considerar: disminución de defensas con aumento de posibles infecciones, necesidad de supresión en varias circunstancias (procesos febriles, intervenciones, embarazo, etc…), explica Javier Calvo, jefe del servicio de Reumatología del Hospital General. Son fármacos que el paciente se autoadministra, para lo que necesita una formación, informándole además de los posibles efectos adversos.
Por todo ello, en la actualidad es indispensable una estrecha colaboración de reumatólogos y Enfermería formada en Reumatología para buscar la excelencia en la asistencia a los pacientes. «Es impensable una consulta de reumatología sin enfermeras o enfermeros especializados que instruyan al paciente sobre su enfermedad, posibles efectos adversos de los tratamientos, la forma de autoinyectarse, etc.», señala Javier Calvo.