El Hospital General atiende una media diaria de 3 ó 4 pacientes con picaduras
- Son frecuentes las consultas de picaduras de los que regresan de viaje, sobre todo de zonas tropicales
- Las picaduras de mosquitos en el entorno habitual no suelen dar complicaciones salvo que sean múltiples o de gran tamaño
Las picaduras son una de las consultas más frecuentes durante el verano, tanto es así que en el servicio de Dermatología del Hospital General se están atendiendo una media diaria de 3 ó 4 pacientes.
Los grandes protagonistas son los mosquitos, pero no suelen dar complicaciones, salvo que sean múltiples o de gran tamaño. Su diagnóstico es sencillo, pues se ven varias lesiones pruriginosas en zonas expuestas, en personas que hayan estado en el campo o playa recientemente.
Pero en la mayoría de las ocasiones no es posible identificar el agente causal y, además, es habitual que los pacientes duden del diagnóstico cuando hay muchas picaduras si no han visto el insecto que las ha provocado.
Según Lorena Martínez, residente del servicio de Dermatología, “el síntoma más común es el picor, por lo que será de ayuda el tratamiento con antihistamínicos orales, así como corticoides tópicos para disminuir las molestias locales. Deben evitarse los antihistamínicos tópicos por ser sustancias fotosensibilizantes”.
Un motivo frecuente de consulta son las picaduras de aquellos que regresan de un viaje. “Además, dependiendo del área geográfica al que la persona hayan ido, la picadura de un mosquito puede ser responsable de enfermedades como la malaria, el dengue o la leishmaniasis. También es usual que a la vuelta de zonas tropicales, tras pasear descalzo en la arena, veamos un trayecto eritematoso en la piel (como un camino) producido por la larva migrans”, explica Martínez.
Y en el caso de que en el momento de la picadura se identifique que se trata de una abeja, se debe retirar el aguijón, limpiar la herida y, si existe dificultad respiratoria, acudir al centro de salud.
Medusas y mordeduras de serpientes
En la playa es habitual que ocurran picaduras de medusa. En ese supuesto se debe limpiar la lesión con agua de mar, evitando frotar y tocar directamente con las manos. Después se ha de retirar los restos de tentáculos o partículas de la medusa mediante un paño y, seguidamente, poner frío sobre la picadura.
Para ayudar a evitar la sintomatología se pueden utilizar corticoides tópicos. Y si existe alguna herida, añadir antibióticos tópicos.
Por otra parte, las salidas al campo en verano hacen que sea posible ver alguna mordedura de serpiente. Es importante saber que en Europa tan solo hay una especie venenosa: la víbora, así que la actitud que debemos tomar es, en primer lugar, tranquilizar a la persona afecta y extender la extremidad de la mordedura.
“Hemos de aplicar frío local y limpiar bien la herida. La realización de torniquetes debe hacerse únicamente por profesionales, y debe derivarse al centro de salud más cercano”, añade Martínez.